Testimonio de la hija de Irene, socia del Centro de San Antonio.

Soy la hija de Irene García, una de las socias del Club San Antonio.Mi madre tiene actualmente 95 años pero lleva yendo al centro desde el año 2002, y desde el momento en que entró en el Centro su vida cambió completamente.

 

Se quedó viuda dos veces y lo que le ayudó en esos momentos era su trabajo. Pero cuando se jubiló a los 65 años no sabía a qué dedicarse para llenar su vida. Estuvo unos cuantos años completamente desubicada, yendo a ratos a casa de mi hermana y a mi casa pero como yo trabajo solo podía estar conmigo los fines de semana. El resto de la semana se le hacía muy larga y vacía. .

 

Junto con el nacimiento de mi hermana y mío, el nacimiento de los nietos y otra serie de acontecimientos de los que te marcan la vida, el pertenecer al Centro es una de las mejores cosas que le han pasado. Éste se convirtió en el centro de su vida, su estímulo y su motor de arranque. Conoció a mucha gente de su edad, hizo amigas, hacía actividades que al entretenían y la gustaban; en definitiva, empezó a tenersu propia vida social.

 

Por si esto fuera poco, comenzó a hacer deporte (cosa que no había querido probar nunca), de forma divertida. Y esa especie de juego deportivo la ha ayudado a que ahora, a sus 92 años de edad esté ágil, no tenga sobrepeso y además se sienta superfeliz. La gimnasia es una de las cosas que más la gustan. Aunque hay otras muchas actividades muy interesantes.

 

También gracias a esa vida social que ha comenzado en San Antonio, tiene un grupo de amigas con quien se junta los domingos por la tarde, ayudando también a relacionarse y divertirse en el fin de semana.

 

En definitiva, no puedo imaginar su vida en estos momentos sin estar vinculada al Centro. Su vida ahora mismo sería aburrida, monótona y muy probablemente bastante infeliz. Esa alegría que rebosa, esa vitalidad y esa energía vienen totalmente de la felicidad que siente al estar vinculada al centro San Antonio.

 

Muchas gracias por dar tanto a tanta gente de la 3ª edad.