El frío invierno borra la huella de la vida y la funde con el humus, todo parece desaparecer y nada se percibe.

En una primera instantánea nuestra huella, es humus; pero siempre hay una hoja, que aunque marchita, sus gotitas de rocío, fulgor de una noche fría, destellan y la hacen bella.

Una instantánea la congela.

Así son las gotitas de rocío de nuestra vida.

Rafa Quirós.