Todos  los que formamos el Centro de día San Antonio, tenemos una sensibilización especial con el mayor, no sólo promovemos el envejecimiento activo en su parte más física y cognitiva, sino que además nos centramos en un trato más humano, brindando calor, apoyo y preocupándonos de sus inquietudes, haciéndoles partícipes de la sociedad y recogiendo sus testimonios para darles las herramientas para elaborar  su propia denuncia social. El resto de la sociedad podrá implicarse con este colectivo siempre y cuando,  conozcan su realidad y que mejor que el propio mayor para mostrar  sus preocupaciones,  sus necesidades e inquietudes.

Entre los testimonios recogidos en estos meses conviviendo con el Covid-19 podemos destacar dos grandes preguntas: ¿Qué aspectos de tu vida han cambiado desde la llegada de la pandemia del Covid-19?  Y ¿Qué echas de menos del Centro de día San Antonio?

Analizando las respuestas a las citadas  preguntas, de nuestros mayores sacamos las siguientes conclusiones:

Nuestra forma de relacionarnos con los demás ha cambiado, los humanos somos seres sociales por naturaleza, necesitamos vivir en comunidad y sentirnos parte de un grupo. Los mayores sienten que sus relaciones con la sociedad son más frías, menos humanas, el contacto físico está innato, desde que nacemos, el bebe busca ese acercamiento en la  piel  de su madre que le proporciona cobijo y protección. ¿Qué reconfortante es recibir un abrazo cuando más lo necesitas, un beso dándote los buenos días o un buen apretón de manos para transmitirte que todo saldrá bien?. Los humanos estamos hechos de afectos y parte de ellos se demuestran físicamente, sin ellos nos sentimos vacíos y renunciamos a parte de nuestra humanidad.

Nuestros mayores nos  cuentan lo duro que es ver a sus familiares ,en especial a sus nietos y no poder abrazarles, besarles, darles esa muestra de cariño que les llena el alma. En numerosas ocasiones  nos encontramos con dos situaciones bien distintas:  aquellos padres que privan a sus hijos de relacionarse con sus amigos para evitar el contagio de sus propios abuelos, que normalmente están delicados de salud o aquellas familias que dejan de visitar al mayor por miedo a contagiarles. Algunos nos relatan que sí no mueren por el Covid-19, lo harán de tristeza y soledad.

¿Qué ocurre cuando todas tus rutinas se esfuman, amanece un nuevo día donde las puertas de aquellos centros a los que ibas a hacer gimnasia, memoria y demás actividades para mantenerte en forma mental y físicamente, el lugar de reunión con tus amigos y donde conocías gente nueva, se encuentran cerrados, no puedes relacionarte con la sociedad…?Sienten tal arrebato de libertad e impotencia que sólo les queda resignarse, darse la vuelta y sentarse toda la tarde a ver la televisión, dejando de lado aquellos ratos de risas, compañerismo, esparcimiento y diversión. Nuestros mayores están abocados al deterioro veloz de sus capacidades físicas, mentales y sociales, son días que pesan como años, su mochila se carga con más dificultades y cada vez se les empuja más a la dependencia.

Los mayores más aislados son aquellos que no están familiarizados con las nuevas tecnologías, resulta que ahora todos los talleres se imparten por Internet y la forma de socializar  es a través de aparatos tecnológicos y qué pasa con las personas que no las tienen a su alcance, son empujadas al aislamiento, a la soledad y al declive de sus capacidades.

Nuestros mayores  cuentan como el centro es su segunda casa, otros dicen riendo “El cole de la abuela como les digo a mis nietos”. Para nuestros usuarios supone una mejora en su calidad de vida, les proporciona una estabilidad emocional, unas rutinas tan importantes en el adulto mayor, el mantenimiento de sus capacidades, pasar un rato divertido, toda la batería de talleres, tener amistades con las que relacionarse, no sentirse solos, la capacidad de aprender una cosa nueva cada día y sobre todo sentirse acogidos, protegidos y  con un trato como si fueran uno más de la familia.

El Centro de día San Antonio tiene como misión fundamental el mantenimiento de su independencia, bridando al mayor un espacio de dedicado a él y con el objetivo de darles la mejor calidad de vida posible.

Arián Gómez Guerra