Es momento de recibimiento, despedidas y bienvenidas. Hay unos pocos de los que nos tenemos que despedir, pues bien porque se han ido, allí donde estén, estamos seguros que están con nosotros, acompañándonos y cuidándonos más que nunca. Otros, están viviendo en otros lugares o por razones de salud no pueden seguir, a todos ellos les deseamos lo mejor, comienzan una nueva etapa en la que darán lo mejor, en la que verán nuevos retos a los que enfrentarse.

Son despedidas de las que van dejando huella, todos han ido construyendo con nosotros esta “casa, San Antonio” sin ellos, hoy no sería lo mismo, no sería ese centro donde todos son bienvenidos, donde sabes que al pasar por la puerta, la vida se vuelve de otro color, aunque sea por un par de horas, pero hacen que el día a día sea mucho mejor.

A todos ellos estén donde estén sabemos que han sido felices que encontraron su lugar aquí, conocieron a gente y supieron ser ejemplo para los demás en los momentos de flaqueza, fueron, son y serán pilares del Centro de San Antonio, les damos las gracias infinitas, por todos los momentos, por todas las conversaciones, gestos y sonrisas que tuvieron y que provocaron en los compañeros.

No solo son despedidas también son bienvenidas a nuevas vidas, a personas que el destino ha querido traer, el por qué, aún no lo sabemos, pero poco a poco lo iremos descubriendo, como un mapa donde va señalando el tesoro, cada uno son un tesoro por descubrir, solo hay que darles la oportunidad. Por eso siempre estamos con la puerta abierta, para acoger a todo aquel que venga, escucharle y ser la mano que se tiende; marcamos el camino para que comiencen a andar a nuestro lado, juntos  crecemos.

Es un curso lleno de incertidumbres, esperanzas, anhelos e ilusión, pues nos estamos reencontrando,  volvemos a sentir ese nerviosismo del primer día de colegio ¿Con quién nos tocará? ¿Qué horario? Aparecen muchas preguntas a las que se intenta dar respuesta, todos tienen su sitio, pero hay que tener paciencia porque a veces hay que saber esperar para encontrar lo que nos corresponde.  La certeza con la que contamos es que nos tenemos los unos a los otros, para lo bueno y lo malo, volvemos a sonreír, a respirar a compartir momentos.

En definitiva en este curso estamos abiertos más que nunca a nuevos sentimientos y aventuras, solo hay que dejarles entrar y vivirlos.

Sara Quirós

Trabajadora Social San Antonio