Después de tantos meses sin impartir actividades en el Centro de Día San Antonio, por fin, desde hace tres meses retomamos las clases, siguiendo todas las directrices por parte de las autoridades y formando grupos burbujas de 6 personas. Sólo nos permiten realizar gimnasia de mantenimiento y estimulación de la memoria. Es una pena dejar a un lado los demás talleres, terapia con perros, informática, sevillanas, bailes en línea, taller de manos, el canto, el teatro, la cultura general… y los voluntarios que prestan su valioso tiempo para realizarlas, compartir sus conocimientos y proporcionar un ambiente de cariño. Todas las actividades poseen cierto grado de poder terapéutico, la magia de la persona que las imparte y en sí el contenido que se desarrolle en el taller. Pero sobre todo se enlazan en un vértice común, la convivencia con las personas y la creación de vínculos afectivos tan importantes y necesarios en el ser humano. Nos hemos quedado al margen de las celebraciones de Navidad, Semana Santa, cumpleaños y demás espacios de reunión, donde todos los socios, voluntarios y trabajadores compartíamos nuestras experiencias y nos enriquecíamos unos de otros.

Pero bueno, somos optimistas y nos conformamos con poder retomar el contacto presencial con nuestros usuarios y realizar una atención más personalizada. Todas las clases se realizan en el salón principal, ya que dispone de ventilación natural y da acceso directo a la calle. Mientras que realizamos la gimnasia, por supuesto al ritmo de la música, los viandantes pasean y recorren todas nuestras ventanas sin quitar ojo a los cristales, unos miran hacia arriba preguntándose ¿Qué es esto?, otros sonríen a través de la mascarilla, porque es curioso, aunque tengamos una parte de la cara tapada, se puede distinguir cuando la persona sonríe, ya que aparece un brillo especial en los ojos. Otros, repiten los movimientos que estamos haciendo al ritmo de la música que se oye desde fuera y otros simplemente aplauden y comentan con el acompañante e imagino que dirán:” ¡Vaya marcha tienen estas abuelas! “. Para nuestros usuarios supone un estimulo positivo, ya que los impulsa a esforzarse más a la vez que les motiva a seguir adelante. Imagino que todos lo que nos admiran desde la ventana, piensan en que después de todo lo que nos ha traído este 2020, la vida de los mayores de San Antonio sigue siendo activa, no de la misma manera que antes, pero poco a poco se intenta volver a la normalidad y conseguir que nuestros socios vayan retomando sus rutinas.

Me siento afortunada por poder seguir compartiendo momentos con nuestros usuarios e intentar mejor su calidad de vida todo lo posible. Desde el Centro de día San Antonio pretendemos ser un apoyo incondicional al adulto mayor, acompañándolos en su camino y dándole las herramientas adecuadas para que disfruten de su envejecimiento con el máximo cariño, dedicación, compromiso y calor humano.

 

Arián Gómez